Artículo 1:
El alma, ¿es algo hecho o es de la sustancia del mismo
Dios?
lat
Objeciones por las que parece que el alma no es algo hecho, sino que
es de la sustancia del mismo Dios:
1. Se dice en Gén 2,7: Formó Dios al hombre del barro y sopló en
su rostro el aliento de la vida. Así fue el hombre ser animado.
Pero quien sopla hace salir algo de sí mismo. Por lo tanto, el alma,
que da vida al hombre, es algo de la sustancia divina.
2. Como dijimos anteriormente (
q.75 a.5), el alma es una
forma simple. La forma es acto. Luego el alma es acto
puro. Como ser acto puro es exclusivo de Dios, el alma es algo de la
sustancia divina.
3. Las cosas existentes que en nada difieren, son
idénticas. Pero Dios y la mente existen, y en nada difieren; porque
deberían distinguirse por alguna diferencia. De ser así, serían
compuestos. Por lo tanto, Dios y la mente humana son lo
mismo.
Contra esto: está el hecho que Agustín, en De origine
animae, enumera ciertas cosas que, dice, son del
todo perversas y opuestas a la fe católica. La primera es lo que
algunos sostuvieron: Dios no creó el alma a partir de la nada, sino
de sí mismo.
Respondo: Sostener que el alma es algo de la
sustancia divina, carece de toda probabilidad. Como dijimos (
q.77 a.2;
q.79 a.2;
q.86 a.6), el alma humana a veces está en pura potencia para
entender; además, la ciencia le viene en cierto modo de las cosas; y
posee diversas potencias. Todo esto de ningún modo le compete a la
naturaleza de Dios, que es acto puro, que nada recibe de otro y en él
no hay diversidad, como ya quedó demostrado (
q.3 a.17;
q.9 a.1).
Este error parece tener su fundamento en dos antiguas teorías. Pues
los primeros que empezaron a investigar la naturaleza de las cosas, no
pudiendo ir más allá de la fantasía, sostuvieron que sólo existían los
cuerpos. Por lo cual, Dios sería un cierto cuerpo, principio de todos
los demás. Y porque decían que el alma era de la naturaleza de ese
cuerpo principio de los demás, como se dice en I De
Anima, deducían que el alma era algo de la
naturaleza de Dios. Siguiendo esta opinión, incluso los maniqueos
sostuvieron que Dios era una cierta luz corpórea y que
el alma era una parte de esta luz unida al cuerpo. La segunda teoría
es la de algunos que llegaron a darse cuenta de que
había alguna sustancia incorpórea, pero no estaba separada del cuerpo,
sino que era su forma. Por eso, Varrón dijo: Dios es un alma que
rige el mundo por medio del movimiento y de la razón, como nos
cuenta Agustín en VIII De Civ. Dei.
Así, pues, algunos dijeron que el alma humana es una
parte de esa alma total, del mismo modo que el hombre es una parte del
universo; pues no eran capaces de distinguir los grados de las
sustancias espirituales más que las distinciones de los
cuerpos.
Todas estas teorías son inadmisibles e inviables, como ya hemos
demostrado (q.3 a.18; q.50 a.2 ad 4; q.75 a.1). Por eso, y de forma
evidente, resulta falso que el alma sea algo de la sustancia de
Dios.
A las objeciones:
1. Soplar no debe entenderse sólo
en sentido físico, sino que en Dios equivale a producir un
espíritu. Si bien tampoco el hombre, cuando sopla físicamente,
hace salir algo de su sustancia, sino de una naturaleza exterior a
él.
2. El alma, aunque en su esencia
sea forma simple, sin embargo, no es su mismo ser, sino un ser por
participación, como ya hemos dicho (
q.75 a.5 ad 4). Por lo tanto, no
es acto puro como Dios.
3. Lo diferente, en sentido
propio, difiere por algo. Por eso se busca la diferencia allí donde
hay coincidencia. Así, los objetos diferentes deben ser, en cierto
modo, compuestos, ya que en algo convienen y en algo difieren. Según
esto, aunque todo lo diferente es diverso, no todo lo diverso
es diferente, como se dice en X Metaphys. Pues
los objetos simples son diversos en cuanto tales; y no por las
diferencias a partir de las cuales estén compuestos. Así, el hombre y
el asno difieren entre sí por las respectivas diferencias de racional
e irracional, no siendo necesario asignarles otras
diferencias.
Artículo 2:
¿El alma es o no es creada?
lat
Objeciones por las que parece que el alma no es creada:
1. Aquello que posee algo material está hecho a partir de la materia.
Ahora bien, el alma humana tiene algo material, ya que no es acto
puro. Luego el alma ha sido hecha a partir de la materia. Por lo
tanto, no fue creada.
2. Todo acto propio de una materia parece ser sacado de la
potencialidad de la materia, ya que, estando ésta en potencia con
respecto del acto, todo acto existe previamente en la materia en
potencia. Pero el alma es acto de una materia corporal, según su misma
definición. Por lo tanto, el alma es sacada de la
potencialidad de la materia.
3. El alma es una cierta forma. Así, pues, si es
producida por creación, también lo serán todas las demás formas. Por
lo tanto, ninguna de ellas es producida por generación. Esto es
inadmisible.
Contra esto: está lo que se dice en Gén 1,27: Dios creó al hombre a
su imagen. El hombre es imagen de Dios en cuanto al alma. Por lo
tanto, el alma irrumpió en la existencia por creación.
Respondo: El alma humana no puede ser producida
más que por creación; esto no le compete a las demás formas. El porqué
de esto radica en que siendo la producción el camino hacia la
existencia, a cada cosa le convendrá ser producida de la misma manera
que es. Se dice que existe propiamente aquello que tiene en sí mismo
la existencia, como subsistiendo en su ser. Por eso, sólo las
sustancias son llamadas seres en sentido propio y verdadero. El
accidente, en cambio, no existe, sino que por él algo existe; y por
eso se dice que es ente. Ejemplo: La blancura es ente en cuanto que por
ella una cosa es blanca. Por eso se dice en VII
Metaphys. que
el accidente más que ente es algo
del ente. Lo mismo puede decirse de todas las demás formas no
subsistentes. Y, en este sentido, a ninguna forma no subsistente le
compete propiamente ser hecha, sino que se dice que son hechas porque
son hechos los compuestos subsistentes. Él alma racional, en cambio,
es forma subsistente, como dijimos ya (
q.75 a.2). Por eso, en sentido
propio le corresponde tanto ser como ser hecha. Y porque no puede ser hecha
a partir de una materia preexistente corporal, porque sería de
naturaleza corpórea; ni espiritual, porque las sustancias espirituales
serían intercambiables, hay que decir: El alma humana no es hecha más
que por creación.
A las objeciones:
1. En el alma hay un elemento como
material, la misma esencia simple; y uno formal, el ser participado,
que va junto y necesariamente unida a su esencia, porque el ser, en
cuanto tal, sigue a la forma. Lo mismo podría decirse sosteniendo,
como hacen algunos, que está compuesta a partir de una
cierta materia espiritual. Porque tal materia no está en potencia con
respecto a otra forma, como tampoco lo está la materia del cuerpo
celeste. De no ser así, el alma sería corruptible. Por eso, de ninguna
manera el alma puede ser hecha a partir de una materia
preexistente.
2. El acto se extrae de la
potencialidad de la materia no significa más que pasa a acto lo que
antes estaba en potencia. Pero porque el alma racional no tiene su ser
dependiente de la materia corporal, sino que es subsistente y supera
la capacidad de la materia corporal, como dijimos (
q.75 a.2), no es
sacada de la potencialidad de la materia.
3. No hay paridad entre el alma
racional y las demás formas, como acabamos de afirmar.
Artículo 3:
El alma racional, ¿es o no es creada directamente por
Dios?
lat
Objeciones por las que parece que el alma humana no
es creada directamente por Dios:
1. Hay un orden más perfecto entre los seres espirituales que entre
los corporales. Pero los cuerpos inferiores son hechos por medio de
los superiores, como dice Dionisio en c.4 De Div.
Nom. Por lo tanto, también los espíritus
inferiores, las almas racionales, son hechos por medio de los
superiores, los ángeles.
2. El fin de las cosas responde a su principio; Dios es
principio y fin de las cosas. Por lo tanto, también su procedencia del
principio responde a la ordenación de las cosas al fin. Pero como dice
Dionisio: Lo último es ordenado por lo primero. Por lo
tanto, lo último irrumpe en la existencia por medio de lo primero;
esto es, las almas por medio de los ángeles.
3. Como se dice en IV Meteor., es perfecto aquello que puede realizar algo semejante a sí mismo.
Pero las sustancias espirituales son muchos más perfectas que las
corporales. Por lo tanto, como los cuerpos producen algo semejante a
sí mismos según la especie, mucho más los ángeles podrán producir algo
inferior según la especie, es decir, el alma racional.
Contra esto: está lo que se dice en Gén 2,7: Dios sopló en el rostro
del hombre el aliento de vida.
Respuesta: Algunos dijeron que los ángeles,
puesto que obran por virtud de Dios, causan las almas racionales. Esto
es completamente imposible y contrario a la fe. Quedó demostrado (
a.2)
que el alma racional no puede ser hecha más que por creación. Sólo
Dios puede crear. Porque sólo el primer agente puede obrar sin
presuponer nada, mientras que el agente segundo presupone algo que le
viene del primero, como se dijo (
q.65 a.3). Pero aquello que hace algo
a partir de lo presupuesto, hace una transmutación. Por eso, sólo Dios
hace creando; los demás agentes, cambiando. Por lo tanto, porque el
alma humana no puede ser hecha por transmutación de alguna materia, no
puede ser hecha más que por Dios directamente.
A las objeciones: Está incluida en lo dicho, pues el hecho
de que los cuerpos produzcan efectos semejantes a sí mismos o
inferiores y el que los superiores ordenen a los inferiores, todo esto
se hace por transmutación.
Artículo 4:
El alma humana, ¿fue o no fue creada antes del cuerpo?
lat
Objeciones por las que parece que el alma humana fue creada antes que
el cuerpo:
1. La obra de creación precedió a la de diversificación y
ornamentación, como ya quedó asentado (
q.66 a.1;
q.70 a.1). Pero el
alma fue hecha por creación, mientras que el cuerpo fue hecho al
final de la obra de ornamentación. Por lo tanto, el
alma fue hecha antes que el cuerpo.
2. El alma racional se asemeja más a los ángeles que a los
animales. Pero los ángeles fueron creados antes que los cuerpos, o
inmediatamente al principio. Juntamente con la materia corporal,
mientras que el cuerpo humano fue formado el sexto día, cuando fueron
hechos los animales. Por lo tanto, el alma del hombre fue creada antes
que el cuerpo.
3. El fin es proporcionado al principio. Pero el alma
permanece al final después de desaparecer el cuerpo. Por lo tanto, en
el principio fue creada antes que el cuerpo.
Contra esto: está el hecho de que el acto propio es hecho en su propia
potencia. Por lo tanto, como el alma es el acto propio del cuerpo, fue
hecha en el cuerpo.
Respondo: Orígenes sostuvo que
no sólo el alma del primer hombre, sino la de todos los hombres fue
creada antes que los cuerpos y a la vez que los ángeles; por eso creyó
que todas las sustancias espirituales, tanto las almas como los
ángeles, eran idénticas en su condición natural, distinguiéndose sólo
por el mérito. Así, unas se unieron a los cuerpos; son las almas de
los hombres o de los cuerpos celestes mientras que otras permanecieron
en su pureza y en diversos órdenes. Pero de todo este asunto ya hemos
hablado (
q.47 a.2) y no vamos a insistir ahora.
En cambio, Agustín, en VII Super Gen. ad litt., dice que el alma del primer hombre fue creada antes que el cuerpo y
junto con los ángeles; pero por otra razón. La siguiente: Porque el
cuerpo humano, en la obra de los seis días, no fue hecho en acto, sino
sólo en sus razones causales. Esto no puede decirse del alma, que no
fue hecha a partir de alguna materia corporal o espiritual
preexistente, ni pudo ser hecha a partir de alguna virtud creada.
Parece, pues, que el alma fue creada junto con los ángeles en la obra
de los seis días, en los que fueron hechas todas las cosas; y que,
posteriormente, por propia voluntad se orientó a regir el cuerpo.
Esto, no obstante, no lo da como seguro, como parece deducirse de sus
mismas palabras. Pues dice: Puede creerse, mientras
la autoridad de la Sagrada Escritura o la verdad objetiva no digan lo
contrario, que el hombre fue hecho en el sexto día, de modo que el
cuerpo humano fue creado en cuanto a su razón causal entre los
elementos del mundo; el alma, en cambio, lo fue en sí
misma.
Podría admitirse esto suponiendo, como hacen algunos,
que el alma posee en cuanto tal especie y naturaleza completa, y que
no se une al cuerpo como forma, sino sólo para regirlo. Si se admite
que se une como forma y es naturalmente parte de la naturaleza humana,
aquella postura es insostenible. Pues resulta evidente que Dios
estableció las primeras cosas en el estado perfecto de su naturaleza,
tal como lo exigía la especie de cada una. Ahora bien, el alma, al ser
parte de la naturaleza humana, no tiene su perfección natural más que
en cuanto unida al cuerpo. Por eso, no sería congruente que fuera
creada antes que el cuerpo.
Por lo tanto, admitiendo la opinión de Agustín sobre la obra de los
seis días, podría decirse que el alma humana precedió
a la obra de los seis días en cuanto a cierta semejanza de género,
pues coincide con los ángeles en la naturaleza intelectual; en cambio
fue creada a la vez que el cuerpo. Según otros santos,
tanto el alma como el cuerpo del primer hombre fueron hechos en la
obra de los seis días.
A las objeciones:
1. Si la naturaleza del alma
poseyera la especie completa de tal modo que hubiera sido creada en
cuanto tal, aquel argumento sería viable, y podría admitirse que fue
creada en un principio. Pero, porque naturalmente es la forma del
cuerpo, no debió ser creada separadamente, sino en
él.
2. Lo mismo que a la primera, pues
si el alma poseyera la especie por sí misma, se asemejaría más a los
ángeles. Pero, al ser forma del cuerpo, pertenece al género de los
animales como principio formal.
3. El que el alma perdure después
del cuerpo se debe a un defecto del cuerpo, la muerte. Este defecto no
debió existir en el principio de la creación del alma.